Acabo de venir de comprarme un libro al que le tenía echado el ojo desde hace un tiempo. Concretamente, éste:
Pero el libro venía con sorpresa: un panfleto que alguien, fanático él, había deslizado entre sus páginas para tratar de adoctrinar al pecador que osara celebrar el II centenario del nacimiento de Darwin con la lectura de un libro sobre esa doctrina de dudoso gusto, que echa aguas por todas partes y que contradice las ideas del único libro que importa.
He aquí un ejemplo de uno de estos panfletos incendiarios.
Para ponernos en contexto, es necesario reseñar que el autor de The Ancestor’s tale es Richard Dawkins, afamado biólogo y ateo beligerante. En el Reino Unido hay una guerra abierta entre los ateos y estos grupos de fanáticos religiosos que igual te reparten su propaganda, como se ponen a berrear sus ideas por toda la ciudad o empapelan los autobuses con publicidad engañosa. Y la cosa se agrava puesto que Dawkins es ultradefensor de la teoría de la evolución. Vamos, un polemista en toda regla.
En estos tiempos de creacionismo in crescendo y de salidas del armario del tipo “de prada”, la gente se pregunta si es posible que estas teorías calen en la sociedad española. Algunos esgrimen que estas ideas tienen más cabida en el mundo protestante y no en el católico, que acepta más el evolucionismo … aunque no hace mucho tiempo pensaban lo siguiente:
En España, amigos del diseño inteligente, la gente ya quedó espantada de males después de educarse con el nacionalcatolicismo. En sus famosas lecturas, el hecho de no compartir tu muñeca con tu prima Pepi te podía acarrear muerte (en el mayor de los casos) e infierno (en todos los casos).
Y yo me digo todos los días que si todo se rige por ese diseño, menuda puta gracia que tuvo el diseñador.