El facebook… otra de las sorpresitas de internet. Una comunidad virtual (que no real) donde la gente se dedica a buscar nuevos amigos, posibles parejas o polvos (y recordemos que virtuales), a indagar en el pasado de antiguas amistades o recientes enemigos de los que, con razón, no se tenía noticias desde hace mucho tiempo, etc. Ah, con robo de identidad, posibilidad de que te insulten y con traspaso de poderes “fotográficos” a la compañía.
Qué mundo este. Nos aislamos en nuestro rinconcito y vivimos una vida de ficción, con second live y demás.
Disfruto con el individualismo que para eso se es europeo, aunque no me gusta el cariz que está tomando de aquí a un tiempo. El siguiente paso es dejar de abusar del mp3(más que nada porque me duelen los oídos) y socializar lo justo.
De “El año de 1993”:
Todo el sistema carcelario fue reformado por el
ocupante incluyendo los edificiosSe acabaron los calabozos subterráneos las maz-
morras las celdas oscuras los barrotes los muros
altos las púas de hierroEn el lugar de las antiguas prisiones se constru-
yeron edificios de seis pisos todos de vidrio trans-
parenteLos únicos elementos opacos son los jergones
y las cerraduras de las puertasCada prisión tiene cientos de celdas de forma
hexagonal como paneles de colmenaTodo cuanto un preso hace debe hacerlo a la
vista de los demás resos de los guardias y de la ciu-
dad sin espectáculos públicosA la más grave ocupación de todas que es la de
pensar nadie presta atenciónConforme a los gustos no faltan espectadores
para los actos de comer defecar masturbar con per-
dón de los ojos delicadosO para las sesiones de interrogatorio y tortura
que se practican a la luz del díaComo prueba de que el nuevo sistema carcelario acepta la libre observación y se ofrece al testi-
monio generalLas paredes sólo se vuelven opacas cuando todos
los presos duermen y no hay nada más que ver
Es algo realmente paradójico: nuestro individualismo exacerbado frente al escaparate impúdico que muestra lo que hacermos o dejamos de hacer. Una jaula de cristal pero sin permiso para tocar. Es como esas casas que no tienen cortinas…
Yo en Facebook sólo acepto gente a la que conozco en la vida real, y aún así me toca los huevos soberanamente, poco menos que me obligaron a meterme en la secta esa. En mi caso me ayudó a retoparme con un par de buenos colegas, pero nada que el Google no hubiera podido hacer también.
Pero Sexo en Nueva York también es de locas histéricas individualistas colectivas. 😉
Mujer, tienes que ver la serie en profundidad. Es una banalidad para pasar un buen rato. Por cierto, imagino que ya sabes que Rajoy tiene cuenta en el facebook. Anímate y hazte amiguito de él 🙂